Desde muy temprano, la topografía de ciudad puso de manifiesto la necesidad construir escalinatas que permitiesen acortar los caminos.
Algunas de ellas, con tan solo seis escalones, destacan por los rincones pintorescos que las rodean.
Otras, por el contrario, salvan desniveles muy pronunciados capaces de quitarle el aliento a cualquiera, algo que compensan con las vistas maravillosas da ciudad que ofrecen.
Le proponemos un tranquilo paseo por algunas de ellas sin olvidarse de apreciar los paisajes que la ciudad le muestra.